¿Por qué la educación Integral?
Desde la infancia o cualquiera que haya sido la edad a la que iniciamos nuestra educación, es evidente que la mayoría de nosotros ha estado inmerso en un sistema educativo que sigue un modelo centrado en la transmisión de conocimientos, por parte de los maestros hacia los estudiantes. Este enfoque, aunque ha intentado evolucionar, sigue dejando a través de las generaciones, una marca significativa en la forma de aprender y de percibir el mundo.
Uno de los rasgos distintivos de esta educación tradicional, es su énfasis en la memorización y la repetición. Desde las primeras etapas escolares, nos enfrentamos a la tarea de memorizar información de libros de texto y lecciones magistrales, con el objetivo de reproducirla en exámenes y evaluaciones. Esta metodología, si bien ha demostrado ser efectiva para adquirir conocimientos, puede limitar el desarrollo de habilidades más profundas, como el pensamiento crítico y la resolución de problemas.
Otra característica notable, es la pasividad del estudiante en el proceso de aprendizaje. En un aula tradicional los roles están claramente definidos: el maestro enseña, y el estudiante escucha y absorbe la información, lo que puede conducir a una falta de participación y motivación por parte de los estudiantes.
A pesar de estos desafíos, la educación tradicional también ha tenido sus puntos fuertes puesto que ha preparado a muchas personas para acceder a la educación superior y al mercado laboral. Sin embargo, en un mundo en constante cambio y evolución, es necesario reflexionar sobre las limitaciones de este enfoque y explorar nuevas formas de enseñanza y aprendizaje que se adapten mejor a las necesidades de este siglo.
Ante este panorama, la educación integral emerge como una opción transformadora en contraste con la educación tradicional.
La Educación Integral se centra en el desarrollo personal de los niños al considerar todas las dimensiones del ser humano: intelectual, emocional, social, físico y espiritual. Además, busca conectar los contenidos curriculares con la vida cotidiana y las experiencias particulares de los niños. En este enfoque educativo se fomenta el aprendizaje mediante la experimentación, la reflexión y la acción, involucrando a los niños en su propio proceso de aprendizaje.
A medida que nuestro proyecto, EnFormacción, avance, te darás cuenta de que es posible educar de manera diferente, y que una educación inspiradora puede transformar tanto el ser, como el hacer.
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Sandra Liliana Cruz Ruiz