Fomentar la Autonomía y la Autodisciplina en los niños
La autonomía y la autodisciplina son conceptos relacionados pero diferentes.
La autonomía se refiere a la capacidad de realizar actividades por sí mismo. En los niños pequeños nos referimos a actividades como comer, vestirse, jugar y tomar decisiones simples, adaptadas a su nivel de desarrollo. La autonomía en los niños implica permitirles cierto grado de independencia y responsabilidad apropiada para su edad, al tiempo que se les brinda el apoyo y la guía necesarios.
Por otro lado, la autodisciplina en los niños se refiere a su capacidad para controlar sus impulsos y concentrarse en tareas importantes. Implica desarrollar la capacidad de posponer la gratificación inmediata, en favor de metas a largo plazo.
En resumen, para los niños, la autonomía se centra en su capacidad para realizar actividades por sí mismos, mientras que la autodisciplina se centra en su capacidad para controlar su comportamiento y dirigirlo hacia metas específicas.
¿A qué edad empiezan los niños a mostrar actitudes de independencia?
Por desarrollo natural, es decir, sin que el niño haya recibido ningún tipo de influencia para hacerlo, los niños comienzan a mostrar actitudes de independencia en diferentes etapas de su desarrollo, pero generalmente se observan señales de autonomía entre los 2 y los 3 años de edad, pero incluso pueden apreciarse alrededor de los 18 meses, y es durante este tiempo, que empiezan a querer hacer cosas por sí mismos y a expresar sus preferencias y deseos de manera clara, y aun cuando no hablen claramente, se hacen entender.
Cuando los niños empiezan a mostrar actitudes de independencia, la actitud de los padres o cuidadores puede variar según sus propias creencias, valores y experiencias. Sin embargo, muchos pueden experimentar una combinación de sentimientos de orgullo, alegría, y tal vez un poco de nostalgia, al presenciar los primeros signos de autonomía. Pueden sentirse felices de ver cómo sus pequeños crecen y se desarrollan, aunque también pueden experimentar un sentido de pérdida de su papel más directo en la vida diaria del pequeño. Es importante que los padres y cuidadores apoyen y fomenten estás nuevas habilidades autónomas, al mismo tiempo que continúan brindando amor, guía y apoyo emocional.
Considero que algunos padres o cuidadores pueden evitar ayudar a sus pequeños a ser autónomos, debido a preocupaciones sobre la seguridad del niño, el tiempo disponible para realizar una actividad o simplemente por querer proteger a los niños de cometer errores. Sin embargo, no fomentar la autonomía puede llevar a una dependencia excesiva, incluso en la edad adulta y a dificultades para enfrentar desafíos por sí mismos.
¿Cuáles pueden ser algunas estrategias para fomentar la autonomía y la autodisciplina en los niños pequeños?
- Los niños se sienten más seguros cuando tienen una estructura predecible. Establecer y mantener horarios para actividades como la hora de dormir, la hora de comer y el tiempo de estudio, ayuda a los niños a desarrollar hábitos y disciplina en su vida diaria.
- Ayuda a los niños a establecer metas realistas y alcanzables, y a desarrollar un plan paso a paso para lograrlas. Esto les enseña a fijarse objetivos y a trabajar de manera constante hacia ellos.
- Enseña a los niños a reconocer y controlar sus emociones, impulsos y comportamientos. Puedes ayudarles a practicar ejercicios de respiración, contar hasta diez antes de actuar impulsivamente o enseñarles a pensar en las consecuencias de sus acciones.
- Los padres y cuidadores pueden ser modelos autónomos al mostrar cómo hacer las cosas por sí mismos y pedir ayuda cuando sea necesario. De la misma forma, pueden ser modelos de autodisciplina al demostrar comportamientos disciplinados en su propia vida. Los niños tienden a imitar lo que ven, por lo que es importante ser un buen ejemplo.
- Asigna a tus niños tareas y responsabilidades acordes a su edad, y promueve su responsabilidad en completarlas. Esto les enseña la importancia de cumplir con sus compromisos y deberes.
- Celebra los logros y esfuerzos del niño, incluso en las tareas más pequeñas, esto puede ser motivador y refuerza su comportamiento positivo.
Proporciona opciones limitadas para que el niño pueda tomar decisiones. Por ejemplo, permítele elegir qué ropa ponerse, qué libro leer antes de dormir o qué juguete usar.
Enseña habilidades básicas para que hagan tareas simples por sí mismos como lavarse las manos, cepillarse los dientes, vestirse, recoger juguetes o comer solo.
- Sé paciente y permite que tu niño experimente y aprenda de sus errores, sin críticas excesivas.
- Fomenta la comunicación abierta y el diálogo para que tu niño se sienta cómodo expresando sus necesidades, sentimientos y opiniones. Escúchalos con atención y valida sus emociones.
- En lugar de dar respuestas directas, haz preguntas que los hagan pensar. Por ejemplo, si no encuentra un juguete, pregúntale dónde podría buscarlo. Esto estimula su pensamiento crítico y habilidades de resolución de problemas.
- Deja que explore su entorno y descubra cosas por sí mismo. Esto incluye jugar al aire libre, experimentar con materiales y aprender a través de la curiosidad.
Recuerda que cada niño es único, y su ritmo de desarrollo puede variar. Sé paciente y apóyalos en su camino hacia la autonomía y la autodisciplina.
El desarrollo de la autonomía y la autodisciplina en los niños es fundamental por las siguientes razones:
Fomenta la independencia
Les permite a los niños realizar tareas y tomar decisiones por sí mismos, lo que fortalece su sentido de independencia y autoconfianza.
Desarrolla habilidades de resolución de problemas
Al enfrentar y superar desafíos por sí mismos, los niños desarrollan habilidades para resolver problemas y tomar decisiones de manera independiente.
Promueve la responsabilidad
A través de la autonomía y la autodisciplina, los niños aprenden a asumir la responsabilidad de sus acciones y comportamientos, lo que es fundamental para su desarrollo social y moral.
Prepara para la vida
La capacidad de ser autónomo y disciplinado son habilidades esenciales para la vida adulta, ya que ayuda a los individuos a funcionar de manera efectiva en el trabajo, en las relaciones interpersonales y en la gestión de su propia vida.
Mejora la autoestima y el bienestar emocional
Cuando los niños son capaces de lograr metas y superar desafíos por sí mismos, se sienten más seguros de sí mismos y experimentan una mayor satisfacción personal.
Los inconvenientes de no ayudar a los niños a desarrollar la autonomía y autodisciplina pueden incluir:
Dependencia excesiva
Los niños pueden volverse demasiado dependientes de los adultos para realizar tareas simples y tomar decisiones básicas, lo que dificulta su capacidad para desenvolverse de manera independiente en la vida cotidiana.
Baja autoestima
La falta de oportunidades para desarrollar autonomía y autodisciplina puede llevar a una baja autoestima, ya que los niños pueden sentirse incapaces de enfrentar desafíos por sí mismos o de hacer las cosas por sí mismo.
Habilidades subdesarrolladas
Sin práctica en la realización de tareas independientes, los niños pueden carecer de habilidades importantes para la vida cotidiana, como el cuidado personal, la resolución de problemas y la toma de decisiones.
Resistencia al cambio
Los niños que no han tenido oportunidad de ser autónomos pueden tener dificultades para adaptarse a nuevas situaciones o desafíos, ya que no han desarrollado la capacidad de enfrentar problemas por sí mismos.
Limitaciones en el desarrollo emocional
La falta de autonomía puede afectar negativamente el desarrollo emocional del niño, ya que puede experimentar ansiedad, frustración o falta de confianza en sí mismo, al enfrentar desafíos.
Dificultades en las relaciones interpersonales
La ausencia de autonomía y autodisciplina puede influir en las relaciones interpersonales, ya que los niños podrían depender demasiado de los adultos o enfrentar dificultades para interactuar con sus pares, debido a su incapacidad para tomar decisiones.
Para concluir, no ayudar a los niños a desarrollar autonomía y autodisciplina puede limitar su capacidad para enfrentar los desafíos de la vida de manera efectiva y afectar negativamente su bienestar emocional y su éxito en el futuro.
“La verdadera autonomía no es hacer lo que uno quiere, sino tener la disciplina para hacer lo que uno debe.”
José Martí
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Sandra Liliana Cruz Ruiz