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Mi nombre es Sandra Liliana Cruz Ruiz y nací en Bucaramanga, ciudad que, dada su belleza y sus atractivos turísticos, ostenta los nombres de “Ciudad Bonita” y “Ciudad de los Parques”. Soy hija de Delio Cruz Guevara y Gladys Ruiz Garrido, y la mayor de cuatro hermanos: Oswaldo, Carlos, José Alejandro y Gladys.
Desde mis primeros años en la escuela primaria, encontré en la enseñanza, una pasión que me acompañaría a lo largo de mi vida. Cada oportunidad en la que uno de mis amigos luchaba por entender un tema, se convertía en la ocasión perfecta para improvisar una pizarra en la pared del edificio en el que vivíamos y jugar a la profesora.
Mi camino hacia la enseñanza continuó con una decisión importante tomada por mis padres, y fue la de matricularme en un colegio de estudios secundarios con énfasis pedagógico. Mi esfuerzo y dedicación se vieron reflejados en el desempeño sobresaliente, especialmente en aquellas materias relacionadas con la pedagogía y la didáctica, hasta que finalmente me gradué como Maestra Bachiller de la Normal Superior de Bucaramanga.
Después de esto, tomé una decisión que en ese momento parecía la opción más lógica: iniciar una carrera de pregrado relacionada con el negocio familiar. Sin embargo, conforme avanzaba en mis estudios, me di cuenta de que mi verdadera pasión seguía siendo la enseñanza.
En el cuarto semestre de mi carrera universitaria, enfrenté un dilema que cambiaría el rumbo de mi vida. Con valentía y firmeza, decidí hacer lo que realmente me apasionaba.
Soy Licenciada en Pedagogía Infantil y Familiar de la Pontificia Universidad Javeriana de la ciudad de Bogotá, y tuve la oportunidad de trabajar en la Facultad de educación como Asistente de Investigación en dos Estados del Arte sobre Educación y como Ejecutora de Campo del “Proyecto Pléyade”, lo que me brindó una valiosísima experiencia. Sin embargo, mi trayectoria profesional no se limitó al ámbito académico. También tuve la posibilidad de trabajar como educadora en el Jardín infantil Merceditas y en el Liceo Segovia, colegios de la ciudad de Bogotá. Al regresar a mi ciudad natal, fui docente en el colegio La Merced.
No sé en qué momento desvié mi mirada de la docencia porque durante años estuve planeando mi vida profesional alrededor de emprendimientos que no estaban relacionados con la educación. A lo largo de mi vida, he aprendido que “cuando Dios tiene un plan para ti, no hay forma de escapar de él”. Después de muchos años fuera de las aulas, llegó la oportunidad de crear mi proyecto pedagógico… mi propio colegio de educación preescolar.
Cuando finalmente llegó el momento de emprender este nuevo capítulo en mi vida, supe que era el resultado de la guía Divina. La creación del colegio no solo fue un logro personal, sino también una manifestación del plan de Dios para mí y mi carrera como educadora.
Ahora, al mirar hacia atrás, puedo ver claramente cómo cada vivencia, cada desafío y cada lección aprendida, me prepararon para esa experiencia. Estoy agradecida por la oportunidad de seguir mi llamado y de impactar positivamente en la vida de cada uno de los pequeños que pasó por el colegio, ya que esto se convirtió en la plataforma perfecta para materializar mi visión educativa, La Educación Integral.
Después de una década dedicada a la creación y dirección del colegio, mi vida se vio interrumpida por problemas de salud que me llevaron a tomar la difícil decisión de dejar atrás el colegio.
A pesar de las circunstancias, sé que todo lo que Dios me permitió emprender y desarrollar durante esos años, es el legado que quiero compartir no sólo con padres de familia, sino con familiares, cuidadores, maestros y en general, con todo aquel que tenga niños a su cargo.
Mi deseo es que este legado llegue a ser fuente de inspiración a otros y que mi puesta en escena como educadora, pueda servir de guía y motivación para aquellos que desean crear oportunidades de cambio a través de la educación.
Sandra Liliana Cruz Ruiz